La sesión final de esta temporada del Club de los Cuentistas se la dedicamos, como viene siendo habitual, a los cuentos más breves: cuentos mínimos, de un máximo de 1 minuto. Por ello, cada cuentistas contó varios. Fueron saliendo a escena ROMÁN, IÑIGO, ANABEL MURO, TXEFE, MANUEL, MIREN y ANABEL R., por turno. Como intermedio, las personas del público se animaron a leer cuentos brevísimos que Anabel Muro había preparado al efecto en unas tarjetas preciosas.

Quizá se trata de decir con claridad las cosas que manchan, meterlas en la centrifugadora y obtener la fuerza de otras historias que gravitan alrededor de las nuestras. Quizá se trata de contar realidades que se explican mejor acudiendo al recurso de la ficción, y los cuentos siempre han cumplido esa función.

El viernes 16 de diciembre disfrutamos de una sesión muy diferente a lo que es habitual en el Club de los Cuentistas: por un lado, nos visitaron 2 cuentistas profesionales: BONI OFOGO y AIZ; y, por otro lado, contaron tres historias largas, tan crudas como reales, sobre mujeres subsaharianas. Esta contada nos llegó de la mano de CEAR-Euskadi, cuya representante, Verónica, nos explicó al inicio el porqué de la actividad.