El 8 de noviembre celebramos la reunión mensual del CLUB DE LOS CUENTISTAS en un veraniego día de otoño, en el que todos los narradores y narradoras coincidieron en que el objeto que aparecía en el dado era, efectivamente, un lápiz. Y le sacaron punta a la sesión.
Abrió el fuego MANUEL con una hermosa enseñanza que su abuela le dejó; al igual que en un lápiz influye la mano que lo usa, el sacapuntas que lo afila, la goma que lo borra y el grafito que marca para, en definitiva, dejar una huella, así también nuestros actos dejarán una huella en la vida.
TXEFE nos retrotajo a los tiempos de la URSS, a un juicio de 1918 en el que se declaró culpable a Dios de crímenes contra la humanidad. Condenado a muerte, fue fusilado el 18 de enero. La venganza del arcángel Gabriel se sigue sufriendo en la actualidad.
ANABEL R. nos presentó a Teo, al que todo le sale mal un maldito lunes. Pero, en vez de ofuscarse, decidió tomarse las cosas con la tranquilidad necesaria para conseguir terminar bien su "día de perros".
MARTIKA fue a Oriente a presentarnos a una princesa cuya ambición se desbocó al comprobar el poder que la belleza le proporcionaba. Pero la astucia de su padre impidió que pudiera llevar a cabo sus malvados planes.
Con MIREN descubrimos que no siempre "algo" es más que "nada" y que, a veces, preferimos "nada" a "algo", sin la más mínima duda. En el vídeo de abajo podéis ver el cuento de Miren, completo.
CHRISTIAN, rebuscando en la pobreza de su infancia, nos contó que, a falta de lápices y papel, la chavalería de su pueblo pintaba con carbón en las paredes. Como Laura, cuya desbordante imaginación la llevó a dibujar un pueblecito habitado por monigotes. Luego, en la escuela, aunque disponía de mejores materiales, la rigidez de las reglas... menguó su imaginación.
ANABEL MURO conoció a una niña que tenía la curiosidad de saber qué imagen saldría si conseguía unir con una línea todas las estrellas del firmamento. Mientra realizaba tan ímproba tarea, se le apareció Dios varias veces, intrigado. Aunque pareció imposible, al final consiguió terminar, para descubrir la figura de ... ¡Donald Trumpo!
Y con esta simpática referencia a los no tan simpáticos resultados de las recientes elecciones en EEUU, dimos por concluída una estupenda sesión de nuestro Club de los Cuentistas.
¡Hasta la próxima!